Barnier enfrenta oposición en su debut como primer ministro francés

Michel Barnier presentó su plan de gobierno ante una Asamblea Nacional dividida. Propuso medidas económicas para reducir la deuda y el déficit, enfrentando abucheos de la oposición izquierdista.

1 de octubre 2024, 17:02  •  0 vistas

Barnier enfrenta oposición en su debut como primer ministro francés

En un ambiente tenso, Michel Barnier debutó como primer ministro de Francia ante una Asamblea Nacional fragmentada. El político conservador, nombrado hace 26 días, enfrentó abucheos de diputados izquierdistas al iniciar su discurso, ilustrando los desafíos que aguardan al nuevo gobierno francés.

Barnier, ex Comisario Europeo de Mercado Interior y Servicios, reconoció la gravedad de la situación en Francia. Las elecciones legislativas de julio dejaron un Parlamento dividido en tres bloques sin mayoría, reflejando la complejidad del sistema semipresidencial francés. El presidente Emmanuel Macron tardó casi dos meses en elegir al nuevo primer ministro, evidenciando la falta de consenso político.

El plan de gobierno de Barnier se centra en cinco desafíos principales, con énfasis en medidas económicas para reducir la "doble deuda: presupuestaria y ecológica". La deuda pública francesa, que superó el 100% del PIB en 2020, representa una amenaza significativa para la estabilidad económica del país. El primer ministro anunció objetivos ambiciosos: reducir el déficit al 5% del PIB en 2025 y al 3% en 2029, cumpliendo así con los criterios del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE.

Para lograr estos objetivos, Barnier propuso una "contribución excepcional" de los franceses más ricos y de las empresas con grandes beneficios. Esta medida marca un cambio respecto a la política de Macron de no aumentar impuestos durante los últimos siete años. Francia, conocida por su alta presión fiscal, busca equilibrar su presupuesto en un contexto económico desafiante.

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El primer ministro también se mostró abierto a revisar la controvertida reforma de pensiones aprobada en la primavera de 2023, que elevó la edad de jubilación de 62 años y provocó protestas masivas. Esta disposición al diálogo podría ser un intento de apaciguar a la oposición y buscar consensos en una Asamblea Nacional dividida.

La estabilidad del nuevo gobierno es incierta. Barnier no solicitó el voto de confianza tradicional, consciente de que no cuenta con mayoría parlamentaria. Su permanencia depende en parte de la posición del partido Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen, que por ahora no apoya la moción de censura propuesta por la izquierda.

El gabinete de Barnier, compuesto principalmente por miembros de Los Republicanos y macronistas, refleja un giro a la derecha que podría interpretarse como un guiño a Le Pen. Sin embargo, el primer ministro estableció líneas rojas claras: "No habrá tolerancia con el racismo y el antisemitismo, ni cuestionamiento de la laicidad o de conquistas como la ley del aborto y el matrimonio homosexual".

Barnier concluyó su discurso haciendo un llamado al diálogo y respeto entre todas las fuerzas políticas, incluyendo a la extrema derecha y a la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon. Este enfoque refleja la necesidad de construir consensos en un panorama político altamente fragmentado.

El desafío para el nuevo gobierno es enorme. Con la segunda economía más grande de la UE en juego, Barnier deberá navegar hábilmente entre las demandas de diferentes sectores políticos y sociales para implementar su agenda económica y mantener la estabilidad política en un momento crucial para Francia.

"Necesitamos un nuevo método: de escucha y diálogo, entre el Gobierno y el Parlamento. De escucha y respeto a los partidos de todas las sensibilidades políticas"

Michel Barnier, Primer Ministro de Francia