En un encuentro inesperado, el expresidente estadounidense Donald Trump y el presidente ucraniano Volodimir Zelenski se reunieron el 27 de septiembre de 2024 en la icónica Torre Trump de Nueva York, ubicada frente a la sede de la ONU. Este edificio de 58 pisos, completado en 1983, fue el escenario de una reunión que puso de manifiesto las tensiones existentes entre ambos líderes respecto a la guerra en Ucrania.
Trump, quien fue el 45º presidente de Estados Unidos de 2017 a 2021, ha presumido en repetidas ocasiones de que bajo su mandato, Rusia nunca habría invadido Ucrania. Por su parte, Zelenski, que asumió la presidencia de Ucrania en 2019, ha buscado mantener el apoyo estadounidense en el conflicto que comenzó el 24 de febrero de 2022.
Durante el encuentro, Trump hizo hincapié en su relación con el presidente ruso Vladimir Putin, quien ha ocupado el cargo desde 2012 (y previamente de 2000 a 2008). El expresidente estadounidense declaró: "Tenemos una muy buena relación, y yo también tengo una muy buena relación, como saben, con el presidente Putin. Y creo que si ganamos, creo que lo resolveremos muy rápidamente".
Esta declaración generó visible incomodidad en Zelenski, quien respondió diplomáticamente: "Espero que [nosotros] tengamos más buenas relaciones". La tensión entre ambos líderes refleja las preocupaciones de Ucrania sobre el futuro apoyo de Estados Unidos si Trump llegara a ganar las próximas elecciones.
Es importante destacar que el día anterior, Zelenski se reunió con el actual presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, la primera mujer en ocupar este cargo en la historia de Estados Unidos. Ambos reafirmaron el compromiso de EE.UU. con la causa ucraniana.
La postura de Trump y una parte creciente del Partido Republicano, fundado en 1854, ha sido crítica hacia Zelenski y Ucrania. El movimiento MAGA (Make America Great Again) en el Congreso ha retrasado la aprobación de paquetes de ayuda vital para Kiev. Esta situación ha generado incertidumbre sobre el futuro de la OTAN, fundada en 1949, y el apoyo militar a Ucrania.
Tras la reunión, Trump afirmó haber "aprendido mucho", pero mantuvo su postura sobre el conflicto. "Ambos queremos que termine y que se llegue a un acuerdo justo. Tiene que ser justo. Creo que sucederá en el momento adecuado", declaró sin especificar qué consideraría justo para Rusia, país que invadió a su vecino sin provocación.
Entre los acompañantes de Trump se encontraba Richard Grenell, ex director de inteligencia nacional y el primer miembro abiertamente gay del gabinete de un presidente de EE.UU. Grenell ha sugerido que un acuerdo de paz satisfactorio podría implicar que Ucrania mantenga sus fronteras actuales, pero con "zonas autónomas" dentro del país, una propuesta que Kiev rechaza categóricamente.
La reunión entre Trump y Zelenski pone de manifiesto las complejas dinámicas políticas y diplomáticas en torno al conflicto en Ucrania. Mientras el líder ucraniano busca mantener el apoyo internacional, el expresidente estadounidense mantiene una postura que genera preocupación en Kiev y entre los aliados occidentales de Ucrania.