En el contexto de las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos, programadas para el 4 de noviembre de 2024, Donald Trump ha lanzado una nueva advertencia que ha sacudido al sector industrial. El ex presidente y actual candidato republicano ha amenazado a John Deere, el gigante de la maquinaria agrícola fundado en 1837, con imponer aranceles del 200% si la empresa procede con sus planes de trasladar parte de su producción a México.
John Deere, conocida por sus icónicos tractores verdes y amarillos, anunció a principios de 2024 el despido de 813 trabajadores en sus plantas de Illinois e Iowa, citando la necesidad de mantener la eficiencia operativa frente al aumento de costos y la disminución de la demanda. La empresa, que es el mayor fabricante de maquinaria agrícola del mundo con más de 70.000 empleados, también reveló planes para adquirir terrenos en México con el fin de reubicar parte de su producción.
Trump no se anduvo con rodeos al declarar: "Si John Deere hace lo que ha dicho, vamos a poner un arancel del 200% a todo lo que quieran vender en EEUU" y que fabriquen en el país vecino. Esta amenaza se suma a advertencias similares dirigidas a fabricantes chinos de automóviles que planean establecer fábricas en México.
El impacto de estas declaraciones ya se ha hecho sentir en la industria. BYD, el mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo que superó a Tesla en 2022, ha decidido posponer la construcción de una fábrica en México hasta conocer el resultado de las elecciones estadounidenses. Esta decisión subraya la incertidumbre que las políticas comerciales de Trump están generando en el sector automotriz global.
Por su parte, John Deere ha reafirmado su compromiso con Estados Unidos, destacando una inversión de más de 2.000 millones de dólares en plantas estadounidenses desde 2019. La empresa, que cotiza en la Bolsa de Nueva York desde 1978, ha sido pionera en tecnologías como el GPS para agricultura de precisión y recientemente introdujo su primer tractor autónomo en 2022.
"Esto no va a pasar. Si esta línea falla, la otra alternativa es poner un arancel del 200% a los coches que produzcan. Y se terminó la relación comercial con México".
Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, la Unión Europea, el tercer mayor mercado de automóviles del mundo, debate sobre la imposición de aranceles a los coches eléctricos chinos. A pesar de la oposición de países como Alemania y España, Bruselas mantiene su apuesta por estas medidas proteccionistas.
La situación actual refleja la complejidad de las políticas comerciales en un mundo cada vez más interconectado. Con el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC) programado para revisión en 2026, y la creciente importancia de la transición hacia vehículos eléctricos en la lucha contra el cambio climático, las decisiones tomadas en los próximos meses podrían tener un impacto duradero en la industria automotriz global y las relaciones comerciales internacionales.