En el mundo de la alta sociedad neoyorquina de mediados del siglo XX, pocos casos generaron tanta controversia como el de Ann Woodward. Esta ex actriz y showgirl, nacida como Ann Eden Crowell en Ohio en 1915, se catapultó a la cima de la élite social al casarse con William Woodward Jr. en 1943, hace 81 años.
William Woodward Jr., heredero del imperio bancario Hanover National Bank, pertenecía a una familia conocida como "los Woodward de oro". Sin embargo, el matrimonio pronto se vio envuelto en problemas. En 1947, apenas cuatro años después de la boda, William presentó una demanda de divorcio que Ann rechazó firmemente.
La situación alcanzó un punto crítico trágico en 1955, hace 69 años. Durante un fin de semana de caza en su mansión de Oyster Bay en Long Island, Ann Woodward disparó fatalmente a su esposo con una escopeta de caza. Ella declaró a las autoridades haber confundido a William con un ladrón que supuestamente merodeaba la propiedad.
Este incidente, que la prensa bautizó como "el disparo escuchado en todo el mundo", dividió a la sociedad neoyorquina. Mientras algunos creían en la versión de Ann, otros sospechaban de un asesinato premeditado. A pesar de una investigación que duró varias semanas, Ann nunca fue formalmente acusada del asesinato de su esposo.
El caso inspiró a varios escritores. Truman Capote lo incluyó en su obra "Answered Prayers", mientras que Dominick Dunne basó su novela "The Two Mrs. Grenvilles" en este suceso. La publicación inminente del libro de Capote en 1975 llevó a Ann, apodada "La Viuda de Oro", a suicidarse, manteniendo su inocencia hasta el final.
A pesar de la controversia, Ann Woodward continuó siendo parte de la alta sociedad neoyorquina después del incidente. El caso, que fue portada de numerosas revistas y periódicos de la época, dejó una marca indeleble en la historia social de Nueva York.
La tragedia afectó profundamente a la familia Woodward. William Woodward Sr. falleció poco después del incidente, en 1953. La pareja dejó dos hijos, William III y James, herederos de una fortuna estimada en millones de dólares.
Casi siete décadas después, el caso de Ann Woodward sigue generando interés y especulación. Su historia, que comenzó como un cuento de hadas de una modelo y bailarina que se casó con un rico heredero, terminó convirtiéndose en una de las tragedias más comentadas de la alta sociedad neoyorquina del siglo XX.