La tensión en la frontera entre Israel y Líbano se ha intensificado en los últimos días, con Benjamin Netanyahu rechazando una propuesta de tregua de 21 días presentada por Estados Unidos y Francia. Esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de países como Alemania, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, busca poner fin a la escalada de violencia que comenzó hace aproximadamente un año.
La oficina del primer ministro israelí desmintió rápidamente las informaciones sobre un posible alto el fuego, afirmando que Netanyahu no ha respondido a la propuesta franco-estadounidense. Además, se negó la orden de moderar los ataques contra Hizbulá en Líbano, asegurando que el ejército continuará "combatiendo con toda la fuerza".
Los residentes de las localidades fronterizas, como Kiryat Shmona, expresan su indignación y exigen acciones más contundentes contra Hizbulá. Doron Shnaper, portavoz del ayuntamiento de Kiryat Shmona, declaró:
"La única persona que está hoy interesada en una tregua debe ser Nasrala que está perdiendo oficiales, soldados e incluso no tiene aparatos de comunicación para dar órdenes. Por eso, necesita la pausa para reorganizarse"
El ejército israelí, liderado por Herzi Halevi, mantiene su postura de continuar los ataques contra Hizbulá. Halevi afirmó que han estado esperando esta oportunidad durante años y deben seguir atacando al grupo armado.
La situación actual es el resultado de una escalada que comenzó el 8 de octubre de 2023, cuando Hizbulá inició ataques en apoyo a Hamas y la Franja de Gaza. Desde entonces, la región fronteriza ha experimentado la evacuación de civiles y ataques constantes, superando en intensidad a los enfrentamientos de la guerra de 2006.
La propuesta de tregua busca alejar a los milicianos chiíes al norte del río Litani, cumpliendo con la Resolución 1701 de la ONU adoptada en 2006. Sin embargo, Hasan Nasrala, líder de Hizbulá, condiciona el fin de la escalada al cese de las operaciones israelíes en Gaza.
Mientras tanto, el ejército israelí continúa sus preparativos y entrenamientos, simulando escenarios en el sur del Líbano. Esta prolongada escalada, aunque negativa para ambas partes, ha permitido a las Fuerzas de Defensa de Israel prepararse exhaustivamente para posibles operaciones futuras.
La comunidad internacional sigue de cerca la situación, con la esperanza de que los esfuerzos diplomáticos puedan prevenir una escalada mayor en una región que ha sido escenario de conflictos durante décadas.