El 26 de septiembre de 2024, la Iglesia Católica conmemora a varios santos y beatos en su santoral, destacando entre ellos a San Cosme y San Damián. Estos hermanos gemelos, nacidos en Arabia en el siglo III, son venerados como patronos de los médicos y cirujanos por su dedicación a la medicina y su fe inquebrantable.
San Cosme y San Damián se formaron en medicina en Siria, destacando por su habilidad y por ofrecer sus servicios de forma gratuita. Esta práctica les valió el apodo de "anargyroi", que en griego significa "sin dinero". Su labor no se limitaba a la curación física, sino que también se dedicaban a la conversión espiritual, logrando que muchos paganos abrazaran el cristianismo.
La persecución de Diocleciano contra los cristianos, considerada la más sangrienta del Imperio Romano, llevó al martirio de los hermanos entre los años 303 y 311 d.C. Según la tradición, sobrevivieron a varios intentos de ejecución antes de ser finalmente decapitados.
"San Cosme y San Damián, mártires, que, según la tradición, ejercieron la medicina en Ciro, ciudad de Augusta Eufratense, en la actual Siria, sin pedir nunca recompensa y sanando a muchos con sus servicios gratuitos".
La devoción a estos santos se extendió rápidamente tras su muerte. En el siglo V, se erigieron iglesias en su honor en Constantinopla y Roma. Su legado perdura en la medicina moderna, recordándonos la importancia de la compasión y el servicio desinteresado en la práctica médica.
Además de San Cosme y San Damián, el santoral del 26 de septiembre incluye a San Gedeón, San Nilo el Joven y San Senador, entre otros. Cada uno de estos santos y beatos contribuyó de manera única a la fe católica y a la sociedad de su tiempo.
El santoral católico, que comprende cerca de 7.000 santos y beatos reconocidos por la Iglesia, es un testimonio de la diversidad de caminos hacia la santidad. El Martirologio Romano, documento oficial que enumera y distribuye estos nombres en el calendario, sirve como guía para la veneración de los fieles.
La beatificación y la canonización son procesos rigurosos que la Iglesia Católica utiliza para reconocer la santidad de una persona. Estos procesos han evolucionado a lo largo de los siglos, reflejando la importancia que la Iglesia otorga a los ejemplos de vida virtuosa y fe excepcional.
La celebración del santoral no solo honra a figuras históricas, sino que también inspira a los fieles a emular las virtudes de estos hombres y mujeres ejemplares en su vida cotidiana. En el caso de San Cosme y San Damián, su legado continúa inspirando a profesionales de la salud en todo el mundo, recordándoles el valor del servicio desinteresado y la compasión en la práctica médica.