En la madrugada del 25 de septiembre de 2024, Rusia lanzó un nuevo ataque contra Ucrania, continuando con su estrategia de desgaste en un conflicto que se prolonga desde hace más de una década. Las fuerzas ucranianas lograron derribar 28 de los 32 drones y cuatro de los ocho misiles lanzados por las tropas rusas durante este ataque nocturno, según informes de Reuters.
Este incidente es solo el último episodio en una guerra que comenzó en 2014 con la anexión de Crimea por parte de Rusia y se intensificó con la invasión a gran escala en febrero de 2022. La línea del frente, que se extiende por aproximadamente 2,500 km, ha sido testigo de intensos combates, especialmente en la región oriental del Donbás.
La estrategia rusa de bombardear incesantemente pueblos y ciudades busca abrir brechas en las defensas ucranianas, reducir la moral del país y socavar el apoyo occidental a Kiev. Sin embargo, esta táctica ha tenido un alto costo para Rusia, con estimaciones del Ministerio de Defensa ucraniano que indican más de 1,000 bajas diarias entre las tropas rusas.
El conflicto ha tenido repercusiones globales, provocando una crisis de refugiados en Europa, sanciones internacionales contra Rusia, y crisis energéticas y alimentarias mundiales. Además, ha revitalizado la OTAN y la cooperación de seguridad occidental, llevando a un aumento global en el gasto militar y la producción de armamentos.
Mientras tanto, en el ámbito político internacional, el expresidente estadounidense Donald Trump generó polémica el 24 de septiembre al elogiar el historial militar de Rusia en conflictos históricos. En un discurso en Savannah, Georgia, Trump criticó la ayuda de Estados Unidos a Ucrania y se burló de las afirmaciones del presidente Joe Biden sobre el apoyo continuo a las fuerzas armadas ucranianas.
"Rusia no perdería la guerra contra Ucrania, considerando el papel de la antigua Unión Soviética en la derrota de Adolf Hitler y los nazis en la Segunda Guerra Mundial, y la fallida invasión de Napoleón Bonaparte a Rusia hace más de un siglo."
Por su parte, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski se dirige hoy, 25 de septiembre, a la Asamblea General de la ONU en un intento por asegurar el apoyo continuado de la comunidad internacional. Zelenski ha instado a la ONU a obligar a Rusia a hacer la paz, consciente de que el apoyo a Ucrania podría estar disminuyendo tras más de dos años y medio de conflicto intenso.
La guerra ha causado daños significativos a la infraestructura civil ucraniana y ha llevado a la muerte de miles de civiles. A pesar de estos desafíos, Ucrania ha logrado éxitos militares importantes, incluyendo la liberación de territorios ocupados, y ha recibido sistemas de defensa aérea avanzados de sus aliados occidentales.
Mientras la comunidad internacional observa atentamente los desarrollos en Ucrania, el país continúa su lucha por la integridad territorial y la soberanía, enfrentando no solo la agresión militar rusa sino también campañas de desinformación y desafíos económicos significativos.