El líder de Hizbulá, Hasan Nasrala, ha fallecido en un ataque aéreo en Beirut, marcando un punto de inflexión en el conflicto entre Israel y la organización chií libanesa. Este suceso ocurre en un contexto de creciente tensión desde la invasión israelí de Gaza hace 11 meses.
Las fuerzas de defensa israelíes han difundido una infografía titulada "La cadena de mando militar de la organización terrorista Hizbulá", revelando los nombres y rostros de 18 altos cargos de la organización, todos marcados como "eliminados". Esta acción representa una escalada significativa en las hostilidades entre ambas partes.
Hasan Nasrala lideró Hizbulá durante 32 años, desde 1992 hasta su muerte. Bajo su liderazgo, la organización evolucionó de un grupo militante a una fuerza política y militar influyente en el Líbano y la región.
Hizbulá, cuyo nombre significa "Partido de Dios" en árabe, fue fundado en 1985 durante la guerra civil libanesa. A lo largo de los años, ha desarrollado una extensa red de servicios sociales en el Líbano, ganando apoyo popular, mientras que su brazo armado ha participado en numerosos conflictos.
La organización ha jugado un papel crucial en eventos regionales, incluyendo la retirada israelí del sur del Líbano en 2000 y la guerra de 34 días contra Israel en 2006. Además, Hizbulá ha intervenido en la guerra civil siria apoyando al gobierno de Assad.
El impacto de la muerte de Nasrala y la eliminación de otros líderes de Hizbulá podría tener repercusiones significativas en la estabilidad del Líbano y la dinámica regional. Hizbulá, que cuenta con representación en el parlamento libanés desde 1992, ha sido un actor clave en la política del país.
La organización, considerada terrorista por varios países occidentales, ha sido acusada de participar en actividades criminales internacionales y atentados fuera del Líbano. Su sofisticado arsenal de misiles y capacidades de guerra cibernética han sido motivo de preocupación para Israel y otros países de la región.
El conflicto actual se enmarca en una larga historia de enfrentamientos entre Israel y Hizbulá, que incluye intercambios de prisioneros y acusaciones mutuas. La muerte de Nasrala podría desencadenar una nueva fase en esta confrontación, con posibles implicaciones para la estabilidad regional y las relaciones internacionales en Oriente Próximo.