En una escalada significativa del conflicto, Israel ha lanzado una serie de ataques masivos contra objetivos de Hizbulá en el Líbano, marcando la ofensiva más intensa desde la guerra de 2006. Estos ataques, que comenzaron la noche del 23 de septiembre de 2024, han resultado en 492 fallecidos y más de 1.645 heridos en territorio libanés, según informes oficiales.
Hizbulá, fundado en 1985 durante la guerra civil libanesa, respondió rápidamente a la agresión israelí. El grupo, que mantiene representación en el parlamento libanés desde 1992, afirmó haber atacado varios objetivos militares israelíes, incluyendo una fábrica de explosivos situada a 60 km dentro de Israel, utilizando la serie de cohetes Fadi. Además, Hizbulá reportó haber atacado el aeródromo de Megiddo, un importante sitio arqueológico en Israel, tres veces durante la noche.
Esta intensificación de las hostilidades se produce tras casi un año de conflicto en Gaza, que comenzó aproximadamente en octubre de 2023. Israel, que ha estado enfrentando ataques de cohetes desde su frontera sur, ahora está desplazando su atención hacia la frontera norte, donde Hizbulá ha estado lanzando proyectiles en apoyo a Hamas, ambos grupos respaldados por Irán.
El ejército israelí informó que sus ataques se dirigieron contra una célula militante de Hizbulá, así como contra otros objetivos del grupo en el sur del Líbano. Estos ataques incluyeron el uso de artillería y tanques. Por su parte, la policía del norte de Israel reportó el hallazgo de fragmentos de misiles interceptores en varias áreas, lo que sugiere la activación del sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro.
Las consecuencias humanitarias de esta escalada son severas. Miles de civiles libaneses se han visto obligados a huir hacia el norte, cargando sus pertenencias en vehículos y causando bloqueos en las autopistas. Nasser Yassin, ministro libanés encargado de coordinar la respuesta a la crisis, informó que se han establecido 89 refugios temporales con capacidad para más de 26.000 personas.
Es importante destacar que este conflicto se desarrolla en un contexto de crisis económica en el Líbano, que se ha agravado desde 2019. Además, la región del sur del Líbano, escenario recurrente de enfrentamientos, alberga la fuerza de paz de la ONU (UNIFIL) desde 1978, cuya presencia no ha logrado prevenir esta nueva escalada de violencia.
"Instamos a la población del Líbano a evacuar las áreas donde Hizbulá almacena armas. Su seguridad está en riesgo."
La comunidad internacional observa con preocupación estos acontecimientos, recordando que la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU busca resolver el conflicto entre Israel y Líbano. Sin embargo, la realidad sobre el terreno muestra que ambos países técnicamente siguen en estado de guerra desde 1948.
Mientras la situación continúa desarrollándose, queda claro que esta nueva ronda de violencia representa un desafío significativo para la estabilidad regional y la seguridad de los civiles en ambos lados de la frontera.