En un giro dramático de los acontecimientos en Oriente Medio, Israel ha logrado eliminar a dos figuras clave en la región: Hasan Nasrala, líder de Hizbulá, y el general de brigada Abbas Nilforushan, subcomandante de operaciones de la Fuerza Terrestre de la Guardia Revolucionaria iraní. Ambos fallecieron en un ataque aéreo israelí sobre Beirut el 28 de septiembre de 2024.
Este ataque marca un hito significativo en el conflicto entre Israel y Hizbulá, que ha durado décadas desde la fundación del grupo en 1985. Nasrala, quien lideró Hizbulá desde 1992, era considerado uno de los principales enemigos de Israel en la región.
La eliminación de estos líderes representa un golpe significativo para la estructura de mando tanto de Hizbulá como de la Guardia Revolucionaria iraní, establecida en 1979 tras la Revolución Islámica. Nilforushan desempeñaba roles cruciales, incluyendo el de asesor militar en Líbano y decano de la Facultad de Ciencias de la Defensa en Irán, una institución militar de élite.
A pesar de este éxito táctico, Israel continúa sus operaciones militares en Líbano. El 29 de septiembre, la Fuerza Aérea Israelí, considerada una de las más avanzadas del mundo, llevó a cabo numerosos ataques contra objetivos de Hizbulá, incluyendo lanzaderas de cohetes, edificios militares y depósitos de armas.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante esta escalada. China, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU desde 1971, expresó su profunda inquietud por la situación. Mientras tanto, Irán ha solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad, instando a tomar medidas para detener lo que considera "actos de agresión y crímenes atroces" por parte de Israel en Gaza y Líbano.
La tensión regional se ha extendido más allá de las fronteras libanesas. Jordania, que comparte fronteras con Israel, Siria, Iraq y Arabia Saudita, informó que un misil Grad, originalmente desarrollado en la Unión Soviética, cayó en una zona desértica al sur de Amán, su capital desde 1921. Aunque no hubo daños, este incidente subraya la volatilidad de la situación.
Este conflicto se enmarca en una larga historia de tensiones en Oriente Medio. Israel y Líbano han estado técnicamente en guerra desde 1948, y la intervención de potencias extranjeras ha sido una constante en los conflictos de la región. La inestabilidad política y económica en Líbano en las últimas décadas ha complicado aún más la situación.
La eliminación de Nasrala y Nilforushan representa un logro significativo para Israel en su estrategia de asesinatos selectivos, una táctica que ha empleado a lo largo de su historia. Sin embargo, las consecuencias a largo plazo de estas acciones y su impacto en la estabilidad regional están aún por verse.
"China sigue este asunto con gran atención y está profundamente preocupada por la escalada de tensiones en la región"
Mientras la comunidad internacional observa con preocupación, la ONU se enfrenta a la tarea de abordar esta crisis. Con numerosas resoluciones emitidas sobre el conflicto israelí-libanés en el pasado, el organismo internacional se encuentra una vez más en el centro de los esfuerzos diplomáticos para prevenir una escalada mayor en una región ya volátil.