La situación en la frontera entre Israel y Líbano continúa tensa, con Hizbulá manteniendo sus ataques contra territorio israelí mientras se prepara para un cambio de liderazgo tras la muerte de Hassan Nasrallah. Esta organización político-militar, fundada en 1985, se enfrenta a un momento crucial en su historia de casi cuatro décadas.
La Fuerza Aérea israelí, reconocida como una de las más avanzadas del mundo, ha respondido con ataques contra objetivos de Hizbulá en Líbano, así como contra Hamas en Gaza y los hutíes en Yemen. Estos últimos, que controlan gran parte de Yemen desde 2014, han sido blanco de ataques israelíes a 1.800 kilómetros de distancia, en una demostración de alcance militar sin precedentes.
El primer ministro Benjamin Netanyahu, quien ha ocupado el cargo en varios períodos desde 1996, se encuentra bajo creciente presión de la Administración Biden para evitar una incursión terrestre en Líbano. Sin embargo, el ejército israelí ultima preparativos para una posible operación limitada cerca de la frontera, que se extiende por aproximadamente 79 kilómetros.
En Kiryat Shmona, una ciudad israelí a menos de 2 km de la frontera libanesa, la población local apoya en gran medida una intervención militar. Un residente llamado Asaf expresa: "La única forma de que vuelvan los desplazados y podamos vivir con seguridad es que el ejército entre y acabe con las amenazas de Hizbulá al otro lado de la frontera".
El conflicto actual tiene raíces profundas, remontándose a la "Operación Paz para Galilea" que mantuvo a Israel en Líbano desde 1982 hasta 2000. La situación se ha complicado con el uso creciente de drones y misiles antitanque, que representan una amenaza significativa para las fuerzas blindadas en conflictos modernos.
En el ámbito político interno de Israel, Netanyahu ha fortalecido su posición con la incorporación de Gideon Saar al gobierno, aumentando su apoyo en la Knésset a 68 de 120 escaños. Este movimiento reduce la influencia del ministro ultranacionalista Itamar Ben Gvir, conocido por sus posturas controvertidas.
"Desde esta cordillera se pueden ver las casas de El Edeise. Allí el ejército debe estar para que no haya amenaza de misiles antitanque en el kibutz. No se trata de un ataque o una presencia de 18 años en Líbano"
La comunidad internacional observa con preocupación, criticando frecuentemente las acciones militares de Israel por su impacto en civiles. Mientras tanto, la amenaza de represalias por parte de Irán tras la muerte de Nasrallah y un oficial de la Guardia Revolucionaria Iraní añade una capa adicional de complejidad a la situación regional.