El gobierno español ha intensificado sus esfuerzos para lograr el reconocimiento oficial del catalán, euskera y gallego en el Parlamento Europeo. El 18 de septiembre de 2024, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, envió una carta a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, solicitando un acuerdo administrativo para el uso de estas lenguas cooficiales en la institución.
Esta iniciativa se produce en un contexto político complejo, con negociaciones en curso entre el gobierno español y partidos independentistas. Dos días después de la carta de Albares, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, se reunió con el líder independentista catalán Carles Puigdemont.
En su misiva, Albares enfatiza la importancia de estas lenguas para la identidad nacional española, describiéndolas como "un elemento esencial inherente a sus estructuras políticas y constitucionales fundamentales". El ministro señala que más de veinte millones de personas viven en territorios españoles donde estas lenguas son oficiales.
Es importante destacar que el catalán es la novena lengua más hablada en la Unión Europea, mientras que el euskera es considerado la lengua viva más antigua de Europa. El gallego, por su parte, es una lengua romance estrechamente relacionada con el portugués. La Constitución Española de 1978 reconoce la oficialidad de estas lenguas en sus respectivas comunidades autónomas.
El Parlamento Europeo actualmente tiene 24 lenguas oficiales, y la inclusión de estas lenguas cooficiales españolas representaría un cambio significativo. Cabe mencionar que la primera vez que se utilizó el catalán en el Parlamento Europeo fue en 2004, marcando un precedente importante.
La petición de Albares se alinea con el principio fundamental de multilingüismo de la Unión Europea. El Día Europeo de las Lenguas, celebrado el 26 de septiembre, subraya la importancia de la diversidad lingüística en el continente. La UE invierte aproximadamente el 1% de su presupuesto anual en servicios lingüísticos, demostrando su compromiso con esta diversidad.
"Este asunto es un asunto prioritario para mi país y un elemento esencial de la identidad nacional española, inherente a sus estructuras políticas y constitucionales fundamentales"
La iniciativa del gobierno español no solo tiene implicaciones políticas, sino también culturales. El euskera, con aproximadamente 750,000 hablantes, y el gallego, hablado por cerca de 2.4 millones de personas, son parte integral del patrimonio lingüístico europeo. España ratificó la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias en 2001, reafirmando su compromiso con la protección de estas lenguas.
El reconocimiento de estas lenguas en el Parlamento Europeo podría tener un impacto significativo en su preservación y promoción. Las instituciones que regulan estas lenguas, como el Institut d'Estudis Catalans para el catalán (fundado en 1907) y la Real Academia Galega (fundada en 1906), podrían ver fortalecido su papel en el contexto europeo.
Esta petición refleja la compleja realidad lingüística de España y la importancia de las lenguas regionales en la construcción de la identidad nacional y europea. El resultado de esta iniciativa podría tener implicaciones duraderas para la política lingüística de la Unión Europea y el reconocimiento de la diversidad cultural dentro de sus instituciones.