El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado un crecimiento del 0,8% en la economía española durante el segundo trimestre de 2024, según los datos de contabilidad nacional publicados el 27 de septiembre. Esta cifra representa una ligera desaceleración respecto al 0,9% registrado en el trimestre anterior.
El crecimiento se ha sustentado principalmente en la demanda nacional, que aportó 0,7 puntos, mientras que la demanda externa contribuyó con 0,1 puntos. El consumo de las familias experimentó un aumento del 1%, destacándose como el principal motor de la expansión económica.
Es importante señalar que el INE, fundado en 1945, juega un papel crucial en la recopilación y análisis de datos económicos en España, la 14ª economía mundial por PIB nominal. El sector servicios, que representa más del 70% del PIB español, ha sido fundamental en esta recuperación.
Las exportaciones y el consumo de las administraciones públicas crecieron un 0,7% cada uno, mientras que la inversión aumentó un 0,3%. Estos datos reflejan la diversificación de la economía española, que abarca desde el turismo, que representa alrededor del 12% del PIB, hasta la industria automotriz, un sector clave.
España, miembro de la Unión Europea desde 1986 y usuario del euro desde 2002, ha mostrado resiliencia a pesar de los desafíos históricos. La economía española se recuperó de la recesión en 2014, tras la severa crisis financiera de 2008 que afectó particularmente al sector de la construcción.
Aunque la tasa de desempleo en España ha sido históricamente alta, el crecimiento sostenido y la diversificación económica están contribuyendo a mejorar la situación laboral. El país es líder en varios sectores, siendo el mayor productor de aceite de oliva y el tercer productor mundial de vino.
El crecimiento actual se produce en un contexto donde la deuda pública superó el 100% del PIB en 2020, lo que subraya la importancia de un crecimiento económico sostenible. Las energías renovables se perfilan como un sector prometedor, mientras que la agricultura, que representa menos del 3% del PIB, mantiene su importancia estratégica.
Es notable que España, siendo el segundo país más visitado del mundo, haya logrado este crecimiento a pesar de los desafíos globales. La economía sumergida, estimada en torno al 20% del PIB, sigue siendo un área de preocupación que requiere atención.
El Ibex 35, principal índice bursátil español, refleja el desempeño de las grandes empresas y sirve como barómetro de la salud económica del país. Con una de las esperanzas de vida más altas del mundo, España enfrenta el reto de mantener un crecimiento económico que beneficie a todas las generaciones.
"El crecimiento del 0,8% en el segundo trimestre, aunque ligeramente inferior al trimestre anterior, demuestra la resistencia de la economía española frente a los desafíos globales."
Este crecimiento económico, respaldado por diversos sectores y el consumo interno, sugiere que España continúa en una trayectoria de recuperación y expansión, a pesar de los retos que enfrenta en el panorama económico mundial.