Un incidente ferroviario ocurrió en la mañana del 26 de septiembre de 2024 en la línea de ancho métrico que conecta Santander y Bilbao. Un tren descarriló a las 9:50 horas entre las localidades de Gibaja (Cantabria) y Carranza (Vizcaya) debido al desprendimiento de una piedra de gran tamaño que se encontraba en la vía.
Los Bomberos y Bomberas de Bizkaia informaron que los 12 pasajeros a bordo resultaron ilesos. El convoy, que había partido de Santander a las 7:53 horas, sufrió la salida de un eje al impactar con la roca, según fuentes de Renfe y Adif.
La seguridad de los pasajeros fue la prioridad inmediata. Fueron evacuados y trasladados a la estación de Carranza, desde donde continuaron su viaje en autobús hacia sus destinos finales. Este incidente destaca la importancia de los protocolos de evacuación y la coordinación entre servicios de emergencia en situaciones de crisis.
El lugar del descarrilamiento se encuentra cerca de la cueva de Pozalagua, famosa por sus estalactitas excéntricas, a unos 60 kilómetros de Bilbao. La línea Santander-Bilbao, conocida por sus vistas panorámicas, atraviesa un terreno montañoso que puede ser propenso a desprendimientos de rocas.
La circulación ferroviaria quedó interrumpida debido a que la línea cuenta con una sola vía. Técnicos de Renfe y Adif trabajan en la retirada del tren y la evaluación de los daños en la infraestructura para restablecer el servicio lo antes posible.
Mientras tanto, Renfe ha implementado un servicio de autobuses entre Carranza y Gibaja para mantener la conexión en la ruta Santander-Bilbao. Esta adaptación rápida de los servicios de transporte es crucial para minimizar las interrupciones en situaciones de emergencia.
Este incidente subraya la importancia de la seguridad en el transporte ferroviario, que a pesar de ser uno de los medios más seguros, enfrenta desafíos únicos en terrenos montañosos. La geología de la región cantábrica, con sus formaciones rocosas, requiere una vigilancia constante y mantenimiento preventivo de las vías.
Es importante destacar que la línea Santander-Bilbao forma parte de la red de ancho métrico de Renfe, con una distancia entre rieles de 1000 mm, menor que el ancho ibérico estándar. Este tipo de vía es común en regiones con topografía compleja.
Aunque el viaje en tren entre Santander y Bilbao suele durar alrededor de 3 horas, ofrece a los pasajeros la oportunidad de disfrutar de paisajes espectaculares del norte de España. Este incidente, afortunadamente sin consecuencias graves, sirve como recordatorio de la necesidad de mantener altos estándares de seguridad en el transporte público.