La industria automotriz alemana, cuarto mayor productor mundial de automóviles, se encuentra en una encrucijada. El pasado 23 de septiembre de 2024, se celebró una cumbre virtual del automóvil, presidida por el ministro de Economía, Robert Habeck, del partido de los Verdes. Esta reunión, que sigue a una serie de "cumbres del automóvil" anteriores, no logró producir resultados concretos para abordar la crisis que enfrenta el sector.
La industria automotriz alemana, que emplea a más de 800,000 personas y representa alrededor del 5% del PIB del país, se enfrenta a múltiples desafíos. Desde principios de 2024, las ventas de vehículos eléctricos han disminuido aproximadamente un tercio, en parte debido al fin de la bonificación medioambiental estatal a finales de 2023.
Los partidos políticos difieren en sus propuestas para abordar la situación. El SPD ha considerado una prima de desguace de hasta 6.000 euros por el cambio de un coche de combustión a uno eléctrico, mientras que los liberales del FDP y los conservadores de la CDU se oponen a nuevas subvenciones.
Ola Källenius, jefe de Mercedes-Benz, empresa que inventó el primer automóvil de gasolina en 1886, expresó su preocupación por las regulaciones de la UE. Para cumplir con los objetivos de CO2 a partir de 2025, la proporción de coches eléctricos tendría que aumentar del 10% al 25% repentinamente, lo que considera difícilmente alcanzable.
Los fabricantes alemanes, incluyendo Volkswagen, el mayor productor mundial de automóviles por volumen, se enfrentan a objetivos climáticos cada vez más estrictos. Para 2030, las emisiones de CO2 deben reducirse a 49,5 gramos por kilómetro, y a partir de 2035, no se podrán vender coches nuevos con motor de combustión en Europa.
Es importante destacar que la industria automotriz alemana ha sido pionera en muchas innovaciones. Por ejemplo, el primer coche eléctrico alemán se construyó en 1888, y el país cuenta actualmente con más de 27,000 estaciones de carga para vehículos eléctricos. Además, la industria invierte anualmente más de 40 mil millones de euros en investigación y desarrollo.
El ministro Habeck ha mostrado disposición para ayudar, sugiriendo adelantar la revisión de los límites del parque automovilístico a 2025. Sin embargo, al tratarse de regulaciones de la UE, su capacidad para evitar multas multimillonarias a la industria es limitada.
"El Estado no debe cometer el error de cimentar viejas estructuras y obstaculizar la necesaria transformación"
La cumbre virtual del automóvil refleja la complejidad de los desafíos que enfrenta la industria automotriz alemana. Mientras los fabricantes luchan por adaptarse a las nuevas regulaciones y cambios en el mercado, el gobierno busca un equilibrio entre apoyar a la industria y cumplir con los objetivos climáticos. El futuro del sector, que ha sido fundamental en la historia y economía de Alemania, dependerá de su capacidad para innovar y adaptarse a estos nuevos desafíos.